CUÁNTOS
BORGES HAY (HABÍA) FINALMENTE?
He
estado releyendo “El Hacedor”. Publicada hace mas de 50 años, es sin embargo una obra muy
representativa del autor. Pero lo más curioso es el corto pero sustancioso
relato “Borges y yo”. Solo dos páginas bastaron para decir algo insólito: Que
no había un Borges sino dos, o quizás más. A lo mejor tendremos que hablar de
cuatro Borges.
1)
BORGES-PERSONA:
Pocos
lo conocieron. Su madre, algunos compañeros de estudios en Ginebra, otros de los que se creyeron sus amigos.
Pero sobre todo, María Kodama, quizás, durante el final de su vida. Ese Borges
no nos interesa. Ya no buscamos como en el pasado, explicaciones sobre la obra
de los escritores, hurgando en los dogmas del psicoanálisis o en las
motivaciones políticas. Hamlet es Hamlet y punto. Qué pasaba por la cabeza de
Shakespeare cuando lo escribió, es irrelevante. El Quijote es un héroe literario casi
sin par. Si Cervantes lo escribió de día o de noche, rico o pobre, sereno o
angustiado, frustrado o satisfecho, es algo que solo le interesa a los aprendices
de psicoanalista. Para los
creadores, lo que importa es el relato extraordinario, los diversos niveles de
lectura, los cuentos y novelas dentro
de la Novela, los personajes, los diálogos, la relación entre fantasía y
narración. Por eso, Jorge
Luis Borges-persona, o Borges opinando sobre futbol o sobre política, no es
relevante. Lo que nos interesa es su temática profunda, su visión
prodigiosa de lo humano y del destino paradójico, la precisión y ahorro del
lenguaje, el extraordinario manejo de los adjetivos y la sintaxis, los diversos
niveles de lectura, las "cajas chinas", las diversas realidades...
Todas, son características de un segundo Borges, el autor, el creador.
2)
BORGES-AUTOR:
No
nació con Jorge Luis Borges Acevedo. Yo
siempre he dicho que en el edificio donde vivió con su familia cuando era
estudiante de Bachillerato, no puede ponerse una placa que diga “Aquí vivió el
escritor J.L Borges”, porque ello sería una mentira. Cuando allí vivió, no era
escritor, y a lo mejor no se le había pasado por la mente que lo sería. Ello explica su afirmación en “El
Hacedor” (“Borges y yo”): “…de Borges tengo noticias por el correo y veo su
nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico”. Ese
Borges-escritor, ese Borges-autor, es uno de los que nos interesa, pero no es
el único. Porque hay más.
3)
BORGES-NARRADOR:
En
muchos de los relatos de Borges-escritor, encontramos un narrador muy
particular. En primera persona, personalísimo, casi tanto como el que se
encuentra en la poesía. No sucede con todos los relatos en primera persona: No
podría decirse que Borges es el traidor de la “cicatriz rencorosa” o el
aventurero del puñal en el arrabal, o el hombre pensado-por-otro al que nadie
ve desembarcar “en la unánime noche”.
Sin
embargo, en algunos de los relatos de Borges-escritor, el narrador parece ser
un ectoplasma, otro yo que es él mismo, un Borges-narrador, creado por el
Borges-Escritor, con o sin permiso del Borges-persona. A lo mejor se expresa alguien con
quien Borges-escritor no siempre se siente representado. Es este uno de los
misterios de la creación literaria, como saben todos los escritores. No manejamos a los personajes, ni a
los narradores (o no siempre). A veces es como si adquirieran vida propia, como
si hablaran y actuaran por sí mismos.
Pero
el asunto no para allí, porque encontramos otro Borges, creado quizás como un
acto intencional del Borges-Autor.
4)
BORGES-PERSONAJE:
Algunos
pueden pensar que la vanidad de Borges-escritor era infinita, y que por eso
decidió crear un personaje: Borges (así, a secas), para inmortalizarse en su
obra. Una especie de meta-ficción en primera persona. Otros, sostienen que el hecho tenía un propósito
mnemotécnico: que el lector fuera recordando cada vez, aún sin darse cuenta,
que Borges era una palabra, un nombre, un acto de creación y un creador. Ese marketing sería hoy duramente criticado a
cualquier autor contemporáneo. Por qué se lo admitimos a Borges-escritor, sin
que nos parezca reprochable? Así nacen los mitos, volviendo normal lo
misterioso.
Como se ve, no hay un solo Borges. A mi me interesa el segundo (el Escritor),
con su profundidad, su maestría y su prodigioso sentido de las paradojas; y un
poco el tercero (el Narrador), con su lenguaje y su capacidad para sintetizar
historias.
El primero (la persona), dejémoslo para los no escritores y los chismes de
diván, de viejo café o de asamblea política. Y el cuarto (el
personaje), no logró ser nunca un personaje famoso y nítido como Aquiles,
Ulises, El Quijote, Macbeth, Rashkolnikov o Aureliano Buendía. Una
curiosidad, pues, y nada más, en la historia de la literatura.